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Poemas contra el mal gobierno

¿Podemos conocer cómo era la opinión pública en el Antiguo Régimen? ¿hablaban de política las clases populares de París? Siguiendo unos poemas satíricos como únicas pistas, la policía detuvo a catorce personas acusadas de atacar al rey. Era 1749 y la investigación que revolucionó la ciudad se cerró tan rápido como empezó. Robert Darnton estudia el caso en La poesía y la policía (Clave Intelectual, 2021) para conocer cómo se vivía la política en la Francia prerevolucionaria.

En la primavera de 1749 Francia estaba revuelta y las luchas de poder de la corte de Versalles se cobraron una víctima importante. El conde de Maurepas, ministro de Marina y de la Casa del Rey, cayó en desgracia y fue desterrado por orden de Luis XV. ¿El motivo? El conde tenía la divertida costumbre de distribuir poemas satíricos sobre una de las amantes del rey.

Jean-Frédéric Phélypeaux, conde de Maurepas. Wikimedia Commons.

Unos meses después, el 4 de julio, fue detenido un joven estudiante de medicina llamado François Bonis. Fue asaltado en mitad de la calle por la policía para conducirlo hacia la Bastilla, donde fue interrogado y, probablemente, torturado. Con su encarcelamiento se inició una espectacular operación policial que acabó con la captura de catorce individuos, todos relacionados entre sí de una forma u otra, acusados de conspirar contra el rey. Se conoció popularmente como «el caso de los catorce».

Aunque pueda parecer sorprendente, ambos casos estaban relacionados. Tras la caída de Maurepas, París se llenó de poemas y canciones que narraban su destierro y no dejaban en muy buen lugar al soberano. El conde d´Argenson, sustituto de Maurepas y muy cercano a Pompadour, la amante del rey, ordenó al director general de la policía una profunda investigación sobre las canciones subversivas. Cientos de espías recibieron la orden de buscar al autor de los poemas; tras semanas de investigación uno de los confidentes policiales dio el primer nombre: François Bonis.

El joven estudiante negó ser el autor de los poemas, pero sí admitió conocerlos gracias a conversaciones sobre la realidad política con amigos y compañeros de estudios. Dio algunos nombres de personas que fueron rápidamente detenidas. A su vez, estas personas dieron otros nombres. Pronto, catorce personas estaban retenidas en la famosa prisión parisina. ¿Era una conspiración a gran escala contra el rey?

Robert Darnton, uno de los historiadores culturales más reconocidos del mundo y especialista en historia francesa, estudia el caso para intentar conocer las redes de comunicación de París durante el siglo xviii. El libro, La poesía y la policía, acaba de ser editado en España por Clave Intelectual.

Estudiar la oralidad

No es fácil hacer historia. Los investigadores se acercan a su objeto de estudio con las herramientas y fuentes de las que disponen y el historiador vive de los documentos. En las últimas décadas se ha vivido una revolución metodológica y hoy tenemos una definición de documento histórico muy amplia. Es una buena noticia, por supuesto, pero, aun así, seguimos teniendo limitaciones. El problema llega cuando nos paramos a reflexionar sobre quién produjo el texto. Hasta bien entrado el siglo xx la mayoría de la población era ágrafa, lo que supone que todos los vestigios escritos que les han sobrevivido, aunque hablen de ellos ─lo cual ya es por sí mismo complicado en ciertos sectores sociales─, reflejan la perspectiva de otra persona que, generalmente, pertenecía a un estrato social bien diferente. La información, por tanto, nos llega filtrada y traducida al esquema mental del escribano, lo que genera muchos inconvenientes. Por suerte, la labor de los historiadores es intentar romper esa barrera a través de las herramientas propias del oficio y la conjunción con otras fuentes, no necesariamente escritas.

Luis XV (Hyacinthe Rigaud, 1730). Wikimedia Commons.

La pregunta surge rápidamente: ¿podemos conocer la opinión de un grupo que se manifestaba a viva voz? Eso es lo que intenta Robert Darnton en La poesía y la policía. El minucioso trabajo de investigación policial dio como resultado la creación de un expediente que no solo incluye los interrogatorios a los catorce acusados ─lo que permite conocer las relaciones sociales y la transmisión de la información de un grupo concreto─ sino también las pruebas contra ellos: las copias de los poemas que les encontraron. Es una manera de conocer las canciones que se cantaban en las calles parisinas, pero no es un corpus muy voluminoso. Por suerte, Darnton ha encontrado diversas recopilaciones musicales de eruditos de la época que aportan más ejemplos de los sonidos de las calles parisinas.

Los acusados pertenecían a una clase media intelectual. Eran estudiantes o clérigos, con una formación mucho más amplia que la mayoría de la población, que se pasaban las canciones para discutir sobre poesía y política. Sin embargo, no representaban una excepción. Los testimonios afirman que estas canciones satíricas sonaban de forma habitual en las calles, mercados y tabernas. La sociedad del Antiguo Régimen era completamente oral y la música eran fundamental para transmitir ideas y noticias. Los poemas contra el rey utilizaban la música de canciones muy conocidas modificando la letra a conveniencia para facilitar la transmisión. Es más que probable que la gran mayoría de los parisinos conocieran las tonadas.

La mirada desde el presente

Cuando nos acercamos a hechos del pasado tenemos una ventaja que no tenían los contemporáneos a los hechos: conocemos qué ocurrió luego, las derivas y las consecuencias de un suceso concreto. Sin embargo, esto también es una desventaja psicológica. Por la razón de conocer qué ocurrió con posterioridad es bastante tentador ver causas y consecuencias, hilos que nos llevan desde un acontecimiento a otros y, muchas veces, sacamos conclusiones precipitadas.

Si encontramos agitación política en la Francia de 1749 rápidamente pensamos que se trata de un antecedente cercano de la Revolución francesa. Si cuarenta años después el pueblo se levantó en las mismas calles de París que recorrían los protagonistas del caso de los catorce podemos pensar que estos estaban poniendo las primeras piedras de la gran revolución moderna. Es un error.

Madame de Pompadour, amante de Luis XV (François Boucher, 1758). Wikimedia Commons.

Muchas personas tienen una imagen muy simplificada de la realidad política del Antiguo Régimen. La idea generalizada es que el poder absoluto de los reyes acababa rápidamente con cualquier tipo de manifestación política disidente. El libro de Robert Darnton demuestra cuan equivocada es esta visión. No podemos imaginar a las personas que vivieron en esa época como gente totalmente ajena a la política y la realidad de su tiempo. Las noticias corrían y los ciudadanos se formaban su propia opinión sobre los temas de debate y, claro, discutían con sus vecinos y amigos. Las tabernas siempre han sido un lugar de diálogo, debate y, por supuesto, diversión. Cuando el alcohol corría las lenguas se soltaban, exactamente igual que en la actualidad. Y sí, hablaban del rey, sus amantes y sus ministros y criticaban sus tratados, guerras o el propio sistema represivo. Y en una época en la que el analfabetismo era tan habitual la música tenía un protagonismo esencial. Coplas, canciones y poemas se cantaban y memorizaban sobre cualquier tema. No siempre se tocaban temas políticos, pero se hacía, por supuesto. Era un divertimento, aunque también una manera de informarse y de opinar. Es difícil para nosotros acceder a esta información, mas los historiadores siempre encuentran resquicios en la documentación para poder acceder a opiniones populares. El profesor Darnton, además, ha ido un paso más allá y en su libro ha recopilado las letras de multitud de canciones populares que reflejan los intereses y las opiniones del París popular. Y no solo eso, cuando publicó originalmente el libro quiso ofrecer el contenido de forma multimedia y creó una página web en la que ofrece ejemplos de los poemas más destacados que ha encontrado en su investigación. Unas canciones que nos permiten viajar al pasado, a las calles, a los mercados y a las tabernas de París de 1749.

Título: La poesía y la policía. Las redes de comunicación en el París del siglo xviii.

Autor: Robert Darnton.

Traductor: Antonio Saborit.

Publicación: 2021 [original en inglés de 2012].

Editorial: Clave Intelectual.

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La Bastilla en 1740. Wikimedia Commons.

Director de Euxinos. Licenciado en Historia y Humanidades por la Universidad de Huelva y Máster en Estudios Históricos Avanzados por la Universidad de Sevilla.

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